V Caminata de las promesas
Un río humano caminó a Guasare
Padre Robert Medina, precisa que cada año se pasa las estimaciones de asistentes, quienes de todas partes visitan al santuario
Jóvenes, viejos y niños, cumplieron su promesa caminando desde la madrugada.
Camiones con sonido acompañaron a la caminata y a la imagen de la Virgen Del Carmen en el recorrido
Con aplausos fue recibida por la feligresía, la llegada de la imagen de la Virgen del Carmen
Completamente llego de feligreses, el frente, los alrededores del Santuario Ánimas de Guasare
La primeras luces del día le dieron al bienvenida a los devotos a la capilla Santo Cristo de Guasare.
Con velas encendidas y rezando una oración, cumplieron las promesas
Promesa de cada año, obsequiar parrillas a los
visitantes, para que el negocio se próspero.
Texto y Fotos, Armando Mora
Pasando las estimaciones de los organizadores, un verdadero río humano
colmó los casi 14 kilómetros que separan al santuario de las Animas de Guasare,
del Peaje de los Médanos de Coro, desde donde se inició el recorrido a eso de
las 2 y 45 de la mañana de ayer domingo, de la V Caminata de las Promesas al
santuario, ubicado en el Istmo.
En esta ocasión, la caminata se hizo en homenaje al desaparecido y promotor
de este evento, Guzmán Alberto Carrera y por la recuperación física de Richard
Ramírez Ibarra, otro de los promotores, quien reciente mente presentó
quebrantos de salud y que hoy gracias a
su fe está recuperándose satisfactoriamente.
El padre Robert Medina, párroco de la Capilla Santo Cristo de Guasare, como
fue bautizado el santuario, una vez que se culminó e inauguró el pasado 17 de
Julio, precisó que “estoy maravillado de lo que el Señor Jesucristo hacía y en
ver la ferviente y cada vez creciente fe de los falconianos y nativos de otras
latitudes, hacia las Animas de Guasare. Hay mucha gente a esta hora y siguen
llegando más. Nos quedamos cortos y es casi imposible decir cuántos nos
visitaron”.
-Recordó que cuando fue inaugurada
la capilla, con la presencia del Arzobispo Roberto Lüctker León, se prometió
crear un espacio tipo mausoleo, para que reposen las cenizas (cenizario) de
quienes creman a sus deudos y puedan tener un sitio digno para rendirle
honores.
Así mismo Richard Ramírez, uno de los organizadores, conjuntamente con el
padre Robert Medina, Glimer Loyo, Nelson Diez, Francisco Rodríguez, entre otros
colaboradores, precisaron que más de cuatro mil personas caminaron esta vez, ya
que desde a las 12 de la noche empezaron a peregrinar, saliendo el grueso de
feligreses, a eso de las 2 y 45 minutos
de la madrugada, arribando al santuario a eso de un cuarto para las seis de la
mañana, es decir, en recorrido de unas tres horas y media para unos 14
kilómetros.
Precisan los organizadores que muchas instituciones colaboraron, tales como
Hidrofalcón, Alcaldía de Miranda, Polifalcon, Polimiranda, Guardia Nacional,
Tránsito Terrestre, Cooperativa Animas de Guasare y personas que
desinteresadamente dieron su aporte de manera anónima.
En su homilía, el padre Robert, recordó a Guzmán Alberto, como uno de los
iniciadores de esta caminata y que siempre al llegar a la meta decía en forma
se satisfacción “lo hemos logrado”. También se refirió a Richard Ramírez, de
quien dijo se nos vio malito, ,pero ya esta reponiéndose satisfactoriamente,
así como a todos quienes de forma espontánea colaboraron con hidratación,
transporte de personas, entre otras.
Pudimos apreciar en todo el recorrido, como jóvenes, adultos, adultos
mayores y niños, caminaron hasta la meta, por lo que muchos al llegar al
Santuario, optaron por recostarse en el piso y descansar un poco. Hay que apreciar que fue Acondicionado
un amplio estacionamiento, con baños portátiles, para uso de la feligresía.
Las promesas se pagan de diversas maneras, unos caminando desde el Peaje
hasta el Santuario, otros descalzos, otros llevando un velón, otros repartiendo
y regalando agua, otros sirviendo un plato con parrilla y otros con visitar el
santuario y oír la misas.
Historia
La primera caminata de Las Promesas a las Ánimas de Guasare, se realizó el
domingo 01 de noviembre del año 2009, tal como se recoge en el blog http://arjoma.blogspot.com de este
servidor, la que luego se instituyó para efectuarse cada último domingo del mes
de octubre.
Cuanta la tradición oral recogida en libros como Animas de Guasare de Eudes
Navas Soto, que “ Toda la Península de Paraguaná era un lienzo de soledad y
tristeza. No valía nada poseer o no dinero. El hambre y la sed cobraban
diariamente nuevas víctimas. Por eso, primero los más intrépidos, luego casi
todo el mundo, optaron por abandonar las casas y emprender con lo mínimo
necesario, el obligado éxodo a través de caminos, pedregales, médanos, montes y
salinas, buscando la salvación en dirección al sur, guiados por la silueta azul
tenue de la lejana sierra coriana. Mucha gente de la parte oeste de la
Península, se aprovechó de las lanchas pesqueras para buscarle alivio a la
hambruna, navegando a otras costas de tierra firme. Los más, del centro y este
de la Península formaban improvisadas caravanas que avanzaban, primero casi a
la orilla del mar y luego atravesando médanos y salinas, marcando el rastro de
la vida. Los testimonios coinciden al reseñar las penurias de los años 1911 y
1912”. En el sitio donde hoy está el santuario, se dice que fue donde más
personas sucumbieron y que hoy son las milagrosas…”
Jaime Laffaille, en su escrito
“La Hambruna del año doce y las Ánimas de Guasare, dice entre otras cosas que
“hace ya muchos años, ocurrió en la Península de Paraguaná, que en lengua de
los Aborígenes Caquetíos significa
“Huerta en Medio de las Olas”, una sequía en la que murieron cientos, o quizás
miles de personas. Desde finales de 1911 hasta bien avanzado 1912 se desarrolló
en esa región un desastre en cámara lenta que ha permanecido escondido de la
historia y la memoria de los venezolanos por diversas razones, algunas de las
cuales estamos intentando acercarnos a lo ocurrido desde diferentes puntos de
vista. Con relación a lo que pasó en ese
entonces existe tradición oral, algunos escritos aislados y testigos indirectos
como hijos y nietos de los afectados por esta sequía, generalmente dispuestos a
compartir aspectos de sus memorias familiares relacionadas con ese desastre.
Así mismo, cultos como el de “Las Ánimas de Guasare” y a otras ánimas (almas de
personas que fallecieron mientras intentaban escapar de la hambruna), cuyos
santuarios están localizados en diferentes lugares geográficos de Paraguaná,
permiten al investigador interesado una primera aproximación al desastre de
1912 y su extensión.”
Hoy investigadores tomando
herramientas actuales y pronósticos que antes no se podían hacer, indican que
en ese entonces, 1911 y 1912, esta zona fue azotada por lo que se conoce ahora
como fenómeno del niño o períodos largos de sequía, eran tiempos de la
consolidación del mandato de Juan Vicente Gómez, a quien le interesaba más
preservar el poder, que darle solución a
las penurias del pueblo.
Guardando las distancias y el
significado estricto de los hechos históricos y los tiempos sociales en los que
se desenvuelven las personas, en estos días una crisis de esta magnitud sería
solventada por la vía de los transportes existentes y para muestra tenemos que
cada vez que falta un servicio tan vital como el agua, es suplida por medio de
buques o gabarras, cosa que no existía a inicios del siglo pasado. La escases
de alimentos es suplida por importación y así sucesivamente.